Maria José, participante del programa Primer la Llar
La soledad es algo maravilloso, pero cuando es en exceso realmente te ofusca.
Hablamos con Maria José, participante del programa Primer la Llar.
María José, háblanos de ti
Tengo 54 años y antes había sido modelo publicitario. He hecho anuncios, cortometrajes y mediometrajes. A mí me gusta todo lo relacionado con la creatividad. Tengo la parte creativa bastante desarrollada. Me vienen frases como, por ejemplo: “la vida es una aventura, vívela como tal”. Y esta me la digo últimamente y me llega.
Nos has comentado que escribes poesía, ¿cómo te sientes cuando escribes?
Me siento muy bien. Yo de niña decía que iba a ser poeta, que iba a escribir cuentos y que iba a ser maestra.
¿Cómo era tu vida antes de pasar por una situación de sin hogar?
Pues yo vivía en una casa en Collserola, tenía mis cuatro perros y dos gatos. He llegado a tener 4 actividades distintas, era hiperactiva. Me dedicaba a los perros, tenía el bar musical, hacía sanación y hacía castings. Tenía la agenda repleta, pero lo disfrutaba. Era feliz. Estuve 12 años viviendo en esa casa, pero acabé viviendo en mi bar porque me quemaron la casa. Al quedarme viviendo en el local, no tenía ni un céntimo, no cobraba nada de ninguna parte. Ni ayudas ni similar. Pasé hambre.
¿Qué fue lo que te llevó a vivir en la calle?
Yo acabé en la calle porque me dejaron la cuenta a 0. De tener dinero a no tener ni un céntimo. No tenía ni para pagar la habitación.
¿Qué ha sido lo más difícil durante esta etapa?
El tema económico. Hasta que no me concedieron la paga, me las he visto y me las he deseado. Yo he recogido colillas del suelo, porque te sientes mal pidiendo y no quieres escuchar comentarios desagradables.
Luego me compraba papel de fumar y me hacía un cigarro del tabaco que había recogido. Es duro. Aun así, no considero que la experiencia de vida en la calle ha sido traumática, lo he pasado peor estando bajo un techo. Cuando me arruinaron el bar, estaba en mi casa y no tenía calefacción, no tenía luz, no tenía agua. La cuestión es que el previo a acabar en la calle fue más duro que la calle en sí.
¿Dónde habías estado antes de entrar al programa Primer la Llar?
Pues en pensiones. Estuve años. El Ayuntamiento cuando me sacó de la calle me metió en una pensión. Y ahí te preparan la comida, te limpian la habitación, no tienes que hacer nada. Yo tenía apatía, y eso no es favorable. O sea, cuando tienes a una persona durante tanto tiempo dándoselo todo, llega un momento que esa persona se habitúa a ello. Y luego cuesta salir de ahí.
¿Cuánto tiempo llevas en Primer la Llar?
Entré concretamente el 24 de febrero de 2021. Yo al principio dije que no porque tenía miedo de no estar capacitada para las tareas de la casa, porque me sentía apática. Y además tenía miedo de no llegar a final de mes.
¿Has superado la apatía?
La apatía que yo sentía, la sigo teniendo ahora. Antes me costaba ducharme, me costaba vestirme, me costaba arreglarme. Siento que voy subiendo de nivel, pero es muy lento, el proceso es lento. También pasé por una depresión, pero no era diagnosticada, era simplemente que yo notaba que no estaba bien. Porque yo había tenido cosas en la vida y lo había perdido todo así, sin más, de un día para otro.
¿La soledad es un sentimiento que te acompaña?
Sí, pero yo quería estar sola. Fue una decisión, una determinación. Porque necesitaba meditar, para meditar tienes que estar sola. La soledad es algo maravilloso, pero cuando es en exceso realmente te ofusca. Necesitas compartir con alguien. Intento quedar con la gente porque me siento muy sola. Es algo que arrastro, no es de ahora. Eso sí, con mi libreta me acompaño. Mi libreta es mi mejor amiga.
¿Cuándo estuviste en calle también escribías?
Sí, pero se perdieron mis libretas. Escribí poesías muy bonitas. A los pájaros les llamo ángeles de amor, les dedico poesía a ellos.
¿Actualmente, qué apoyos tienes?
Noto que tengo un apoyo incondicional por parte de mi madre y se ha volcado mucho. Yo estuve durante unos años sin hablarme con la familia, tuve problemas con ella. La cuestión es que mis padres vienen los domingos al mediodía a comer. Han hecho cosas por mí que compensan todo lo que pasó en el pasado.
¿Qué ha supuesto para ti tener este piso?
El piso ha sido una lotería. La verdad es que estoy muy agradecida y, además, son encantadores. Todo el equipo que me lleva son todos maravillosos. He tenido mucha suerte. He conocido a gente maravillosa.
¿Qué esperas del futuro?
Espero publicar mis cuentos, mis poesías y poder sacarme un dinero que me permita vivir honradamente para poder seguir escribiendo. A mi escribir me satisface plenamente, me llena. Es terapéutico.
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Puedes ver a Maria José recitando su poema "para ti, mujer" en este reel de instagram.